21 junio 2010

Un segundo

Mis manos se cerraron sobre las tuyas, por tan solo un segundo.
Pero los segundos se miden en función de los granos de arena que caen al vacío, no por las emociones que contienen, el sistema internacional carece de medida apropiada para el tiempo en ese sentido.

Imagina eso, como sería el tiempo medido así, realmente cuanto viviríamos. Los días convencionales serian infinitesimales, despreciables comparados a esos pocos segundos, minutos u horas.


Cuanto tiempo podría reclamar como mío en tu cronometro. Menos que lo que hay tuyo en el mío. No es un reclamo, es un mero dato estadístico. Apenas unas cuantas semanas convencionales y cada vez menos tiempo de mi cronometro es tuyo. A veces me asusta lo rápido que puedo levantar muros. Me asusta un poco más la posibilidad de que verte de nuevo no puedas tirar al menos algunos tabiques. Desgraciadamente en mi país todo es un asco menos las compañías constructoras, pero que puede hacerse al respecto, la geografía siempre es un factor determinante para el desarrollo de una nación. La geografía y las epidemias. Pero mi pueblo, como todos los demás ilusos antes que ellos, conserva la esperanza.


La esperanza de tener mis manos sobre las tuyas


Un segundo más.

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